Mi nombre es Jorge Alberto Medina Dominguez. Por cosas de Dios y del destino soy miembro oficial de una de las peñas
españolas más grandes e internacionales, la Peña Atlética Bendita Locura, la
que es más que un simple grupo alentador, somos una familia funcionando como
tal, inculcando los valores atléticos, apoyando a nuestro equipo, ayudando y
apoyando a quien lo necesita en cualquier parte del mundo.
Cómo explicar qué es ser un atlético y mi
sentir por el equipo que llevo en mi adn...
Para empezar, no soy ciudadano español y mucho
menos europeo, soy de América, guatemalteco y… lo sé, no darán crédito a esto. Resulta ser curiosa mi afición por el Atlético
de Madrid pero la vida es así y el Atlético es así porque le pertenece al
mundo, también me pertenece a mí y yo a él hasta después de la misma vida.
La vida y el destino no son culpables, soy un
atlético tan puro como esos colores rojiblancos, nacido en un punto lejano, el
cual no me permite ver a mi equipo más que en imágenes de televisión y en
fotografías, lo cual me llena tanto como si estuviera junto a ellos. Me toca alentarlos y gritarlos desde Guatemala,
y tengo la convicción que éstos se convierten en vibraciones positivas que viajan
esos 8.687 kilómetros en segundos hacia el lugar en donde se encuentra mi Atleti. No culpo a Dios por haber permitido a un atlético nacer en Guatemala, para mí
fue lo más asombroso.
No es difícil explicar lo que significa el Atlético
de Madrid para mí y para muchos atléticos que conozco… es terriblemente
imposible encontrar una explicación a este hecho, el cual me quita del camino
del razonamiento lógico, es más que una ciencia y más que la misma filosofía,
es un sentimiento tan profundo que no tiene un principio mágico-religioso
porque es un fenómeno raro e inexplicable, es algo fuera de este mundo es un sentimiento
divino, como decimos en mi familia de la peña, es una “bendita locura”.
Podría razonar de una forma generalizada y
decir qué el Atlético de Madrid es: confianza, armonía, apoyo, altruismo,
cooperación, hermandad, mi razón de vida, mi motivación, mi orgullo,
sufrimiento y alivio, tristeza y alegría, lo bueno y lo mejor, no dejar de creer, coraje y corazón, simplemente
esa faceta de mi vida a la que llamo: lo rojo y blanco de mí.