domingo, 6 de enero de 2019

Jimmy "Pichichi" Hasselbaink





La teoría del valor-trabajo considera que el valor de un bien o servicio depende directamente de la cantidad de trabajo que lleva incorporado. Para la teoría neoclásica, el valor es una magnitud subjetiva que se mide por la estima en que el público valore un objeto.

El protagonista de este escrito va a ser el bien, el contexto que le rodeó en su única temporada defendiendo nuestra camiseta fue el que subjetiva e injustamente dictó su valor neto como jugador.

Esta subjetividad ha deparado que en temporadas exitosas jugadores que no tuvieron un rendimiento óptimo fuesen recordados con bastante aprecio. En la mejor temporada de la historia del Club, la del Doblete, a la plantilla apenas se le buscaron pegas en cuanto a que si a tal futbolista le faltó gol, regularidad o entrega.

Como nos va la marcha e invertir tendencias apenas una Olimpiada más tarde nos tocó vivir la peor temporada, la del cambio de Milenio.

En este caso tenemos el efecto contrario, todo jugador militante de esa plantilla pasa a tener un asterisco de apreciación negativa. Sí, fuiste bueno y tal... pero tú fuiste uno de los causantes de que se perdiera la categoría. Con la paradoja de que a algunos les tocó vivir los polos opuestos de felicidad; el aficionado en este caso, al menos en ese instante, cambió por completo la valoración histórica de esos jugadores.

El nivel y entrega, de la plantilla en la temporada 99-2000, ya entraremos en más detalles, fue absolutamente lamentable... con una excepción, no es otra que Jimmy Floyd Hasselbaink.

El jugador neerlandés pese a realizar una primera vuelta de ensueño (de las mejor primeras vueltas para un artillero colchonero, logrando nada menos que 17 días, es decir, en medio curso superando los 16 goles de Penev en toda la Liga del Doblete, con el añadido de que al ser una Liga de 22 tuvo 4 jornadas más) no sólo no fue idolatrado sino que hasta tuvo sufrir abucheos y lo más injusto: se le acusa de ser el que selló nuestro certificado de defunción.

Jimmy aterriza en un Atleti que el año anterior ha coqueteado cosa linda con el descenso, Sacchi demostró ser venta de humo. Su Milan en realidad sólo ganó un Scudetto y sus 2 Copas de Europas sin el bochornoso suceso contra el Estrella Roja no formarían parte de sus vitrinas. Como seleccionador de Italia tuvo la potra de que un jugador en el que no confiaba, Roberto Baggio, le salvó el culo y literalmente llevó al equipo a la final.

Para la siguiente temporada nos traemos a un compatriota suyo, Claudio Ranieri, no va a ser venta de humo sino algo mucho peor, un verdadero Veleta, a poco que ve que el banquillo colchonero es un señor jamón se da el piro.

Con Sacchi el equipo debería girar en torno a Vieri, que en la 97-98 se coronó con su media de un gol por partido en Liga, sus 5 goles en el Mundial pese a caer en cuartos y, cómo no, ese gol imposible ante el Paok que dio la vuelta al Mundo.

El artillero transalpino se enamoró de una italiana, dejó tirado a Sacchi y al Atleti, con la temporada empezada no se pudo fichar un nueve de garantías y el peaje de ese capricho de quinceañero fue tener unos problemas terribles arriba, que como hemos comentado desembocó en que las pasaremos putísimas en Liga.

Para el ejercicio siguiente se ha tomado nota, es primordial fichar a un delantero centro de primer nivel: Hasselbaink, no es muy mediático aquí en España, tampoco es ningún chaval, 27 años, pero tiene el aval de ser Pichichi en Ligas tan dispares como la portuguesa o la Premier.

El arranque liguero es un verdadero desastre con 3 derrotas seguidas, Hasselbaink no ve puerta, se le empieza a tildar de pufo, hasta que en la 4ª jornada abre la lata, antes lo hizo en UEFA ante un rival de medio pelo, y desde ahí se va a mover en unos registros dignos del mejor delantero de Europa.

Sí, Jimmy va lograr de la jornada 4ª a la 20ª nada menos que 18 goles, que sólo el inicio troll de Salva Ballesta con el Racing impide que sea la bota de oro provisional europea.

Consigue esa cifra monstruosa en un equipo que no tiene alma y que desde el día de la lotería con la intervención judicial va a ser un cadáver andante.

Pero Jimmy es ajeno a todo eso, con su potencia y disparo vuelve locas a todas la defensas, no necesita una ocasión clara, únicamente armar su pierna para soltar un latigazo mortal.

Las jugadas a balón parado pasan a ser nuestra primera baza ofensiva. En la Caldera se saliva cada vez que hay un libre directo a favor, porque con Jimmy aunque la falta sea en Parla es una ocasión de peligro.

No exageramos, en un partido ante la Real con narración del Plus Carlos Martínez antes del lanzamiento va a soltar: "Es una falta muy lejana, incluso para Hasselbaink," Su misil tierra-aire acabó en el fondo de las mallas donostiarras.

Aunque para obús el lanzado ante el Wolfsburgo. Si en la serie Campeones los trallazos de Mark Lenders rompían redes y abrían boquetes en las paredes éste de Hasselbaink no va a ser menos, si lo visualizáis en YouTube tened cuidado de que no perfore vuestra pantalla.



El porcentaje de goles de Jimmy sobre el total del equipo empieza a ser un escándalo, difícil encontrar una dependencia goleadora de tamaño calibre en la historia del club, porque Jimmy puede estar cuadruplicando al siguiente artillero del equipo, un verdadero disparate.

Como es un año pesadilla, en el que el resto no juega un pimiento, nuestro nueve pasa a ser el ídolo de la afición, en las gradas no para de sonar el cántico de su nombre con la melodía del tema central de El puente sobre el Río Kwai, que va a tener su máxima difusión cuando meta 2 zambombazos en el Bernabéu y le demos en toda la trompa al vecino.

Es un puto espectáculo, en Málaga incluso demuestra que puede marcar un gol de falta sin hacer el animal, disparando a colocar, ya no puede hacer algo más heavy... bueno, sí.

La acción va a ocurrir ante el Oviedo precisamente el día de la intervención, Hasselbaink logra 2 goles pero uno de ellos es antológico.

En una contra el defensor ovetense literalmente trata de pararlo con un placaje de rugby, y Hasselbaink se lo lleva puesto, como Aquiles cuando aniquila a Héctor. No termina ahí, Jimmy se va a plantar solo ante el meta carbayón, pero como tiene tal confianza en su disparo lanza su proyectil que imaginad donde fue a parar.

Estuve ese día en la Caldera y el aficionado que tenía al lado se levantó gritando: "Un negro caído del cielo".

Porque eso fue el holandés, un milagro caído del cielo, la única luz en el largo túnel oscuro que era esa temporada. Personalmente era lo único que me hacía mantener la fe: estamos muy mal pero con él nos salvaremos.

Un año en lo personal verdaderamente asqueroso, porque con el Atleti he tenido un mimetismo como Elliott con ET, si el equipo va mal, mi vida va mal. Los partidos del Atleti de ese año son como gasolina que reaviva el fuego de mi año patético.

La mayoría de partidos los dan en el Plus, voy a verlos a casa de mis tíos de Cartagena, ellos en el salón se echan unas risas con 7 Vidas, al despedirme me preguntan ¿Cómo han quedado? Lleno de rabia respondo que hemos perdido. Mi tío le susurra a su mujer que joder, cada vez que voy me vuelvo escocido, con verdadera lástima porque a ellos el fútbol ni les va ni les viene.

Con la segunda vuelta paupérrima que nos estamos marcando empiezo a ser consciente de que lo de perder la categoría empieza a cobrar fuerza, no se gana un puñetero partido. Por mor de ser el peor equipo del campeonato la teta de Jimmy no puede dar más leche y sus registros bajan, pese a ello firma unos grandes números con 24 goles ligueros y 35 en total.

Pero el holandés se emperra en demostrar que él sólo puede cambiar nuestro sino. En la eliminatoria de UEFA contra el Lens va a ser escandaloso lo que va a ofrecer y la nula réplica que va a tener de sus compañeros. En la Caldera de puro milagro nos vamos con un 2-2, los 2 goles por supuesto que suyos. Viajamos a Francia teniendo que ganar, el equipo no pasa del centro del campo, nos cascan 2, se pasa verdadera vergüenza, o como dice Jimmy en las entrevistas, "fergüenza", hasta que en un lanzamiento lejano establece el 2-1 e increíblemente el equipo está a un solo gol de forzar la prórroga. No pudo ser y nos mandaron para casa.

Todavía seguimos vivos en Copa y en semis ante el Barça va a lograr un gol espectacular, de verdadero manual para un delantero, control, giro y zapatazo, goleamos y en la vuelta nuestro rival decide no presentarse, con lo que somos finalistas, pudiendo darse el caso de jugar en Europa militando en Segunda división.

En Liga se siguen escapando puntos y ya es una muerte anunciada, sólo queda confirmarlo matemáticamente. El primer match ball llega en Oviedo, las cuentas son claras, o ganamos o nos vamos directamente al hoyo.

Empezamos palmando 2-0, ya está casi confirmado porque habría que marcar 3 goles. Logramos el 2-1 y Hasselbaink una vez más nos hace soñar porque establece el 2-2 en el 77 con lo que se puede posponer una semana nuestra muerte si marcamos otro.

Se produce entonces un penalti a favor, lo va a lanzar Jimmy, se come toda la responsabilidad, como los grandes de la historia lo falla en un momento inoportuno, ya somos equipo de Segunda. Si bien ese falló selló nuestro descenso, Hasselbaink hizo posible que no hubiésemos bajado 2 meses antes.

Con una sensación rarísima afrontamos la final de Copa, sabiendo que nos va a tocar al menos un añito en el infierno. 
La final la tira al retrete Toni con una acción infantil ante Tamudo al inicio de la contienda, con lo vital que es adelantarse en una final, nos vuelven a cascar otro y Hasselbaink logró un gol que sin la estupidez de Toni nos habría mandando a la prórroga.

Se ha perdido la categoría y como es lógico hay jugadores que no pueden seguir en el Club, nuestro delantero se malvende, los equipos se aprovechan de nuestra situación sabiendo que las fichas de nuestras estrellas son inasumibles y se va a parar nada menos que al Chelsea, donde volverá a ser Pichichi.

A Jimmy esta vez se le tilda de traidor, cuando ni el Santo Job en esa situación habría peregrinado en el desierto con nosotros.

Desgraciadamente esto es el legado de Hasselbaink, más malos recuerdos que buenos, un jugador que si hubiera venido en una etapa ganadora y hubiese disputado al menos 5 temporadas sería una verdadera leyenda. Estuvo únicamente una temporada y su rendimiento fue escandaloso.

Muy poco valorado y reconocido pero para mí es uno de mis 5 jugadores preferidos de siempre, precisamente por eso, por darme tanta felicidad en un año que todo eran desgracias.



Por siempre: Jimmy, Pichichi Hasselbaink, Jimmy, Pichichi Hasselbaink, Jimmy, lolo lololo lolo lololo lololo lolooooo


Miguel Gonzalez
Autor del "Anuario de un doblete"

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