domingo, 27 de octubre de 2019

Bendita Locura, vendiendo sueños


Y lo que parecía imposible... se cumplió. No era tan difícil, y con un poco de buena voluntad junto con un mucho de los corazones de mucha gente que forma la Peña Atlética Bendita Locura… se consiguió llegar a San Rafael 3, un pequeño barrio al norte de Ciudad de Guatemala, con una maleta llena de ilusión en forma de camisetas, pantalones y balones de fútbol de nuestro Atlético de Madrid. A cambio, sus sonrisas y un día inolvidable.


Un buen día de 2019, el equipo de redes sociales de la Peña Bendita Locura recibe la comunicación de Jorge Medina, el entrenador de fútbol del equipo Atlético 3 de Guatemala, un equipo de jóvenes con una misión clara, conseguir alejar a los niños de formas complicadas de vida como pandillas, drogas, etc… Inmediatamente se les ocurre crear el Proyecto Solidario #RetoAtléticoTres e implican a todos los miembros de la peña en la recaudación de fondos para conseguir vestir a todos esos niños con nuestros colores.

La respuesta de los peñistas no se hizo esperar y en unos días... ¡objetivo cumplido! Se recaudó la cantidad suficiente para 14 uniformes del Atlético de Madrid y unos balones de fútbol, y ahí empieza mi aventura, había que conocer la situación sobre el terreno y decidí embarcarme en un viaje diferente a cualquier otro, me convertí en el afortunado transportista de sueños.

Amanezco el sábado 12 de octubre en Ciudad de Guatemala y por fin voy a conocer a Jorge y a los chicos. De camino al norte de la ciudad el conductor me habla de los peligros, de los asesinatos, extorsiones, tráfico de drogas, pandilleros, etc, y se mezcla con lo que vas viendo por la ventanilla, y he de decir que un poquito asusta. Pero… ¡si somos del Atleti! Se acabó el miedo.

Me reciben calurosamente Jorge y su familia, notablemente emocionados por una visita que, para ellos, es un acontecimiento muy singular y así me lo hicieron saber y así me hicieron sentir. En una casa humilde pero muy acogedora, pasé un día increíble, con todos reunidos, riendo, contando anécdotas, tratando de explicar lo que es el Atleti para cada uno, explicándoles cómo se siente uno en el Metropolitano… y saqué el queso manchego que siempre me acompaña con su correspondiente hidratación y vivimos una especie de parking party diferente, pero única.


Llegaron los jugadores, verdaderos protagonistas de toda la aventura. Se pusieron los uniformes, tocaron el balón, me dedicaron unas palabras de agradecimiento dirigidas a todos los peñistas, nos hicimos fotos, y me sumergí en un baño de emoción muy difícil de explicar con palabras.



De ahí al campo de fútbol San Rafael 3, otro lugar peculiar pero con mucho encanto, rodeado de pinos, con neumáticos como asiento para los espectadores. Se congregó allí toda la familia de Jorge, mención especial a su tío, una persona invidente a la que se le narra todo lo que ocurre, pero que lo vive con la misma emoción. El resultado es lo de menos, empezamos perdiendo 2-0 y se consiguió remontar 2-3, con la mala fortuna de que en el último minuto nos empataron para el definitivo 3-3 (el nuevo uniforme haciendo de las suyas). Yo, como gran estratega de fútbol, era partidario de despejar el balón a los pinos en la parte final pero… no pudo ser.

Y el corto pero intenso periplo terminaba, nos hicimos fotos en la casa de Jorge con toda su familia, compartimos regalos y me traje una bandera de Guatemala, obsequio de todos ellos para la Peña, y hasta me pidieron autógrafos, a mí, que no soy nadie. Y sin darse cuenta  me daban una lección de vida que nunca olvidaré y que os hago extensiva a todos: Pensemos dos veces antes de quejarnos por las pequeñas tonterías que nos ocurren en nuestro día a día.

Gracias por todo, Jorge y familia, espero volver pronto. El Atleti te hace más fuerte pero, sobre todo, diferente.

José María Marín, Chema.
Peña Atlética Bendita Locura.

               

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