El reloj
sobrepasa por segundos la medianoche, sepultando este ventoso miércoles
agosteño y alumbrando un nuevo día de asueto.
Hace apenas
tres horas que ha acabado el primer partido amistoso de la pretemporada para el
glorioso Atleti femenino, y lo ha hecho con un resultado tan contundente como esperanzador: 12-0. Meritorio, sin duda, a la par que sorprendente, dado el
escaso tiempo de preparación de nuestras jugadoras, por más que se tratara de
un rival perteneciente a la segunda categoría del fútbol femenino nacional. Considero
que es un buen momento para reflexionar en voz alta acerca de lo que los
aficionados colchoneros podemos esperar este próximo año de este legendario equipo
que tan bien acostumbrados nos tiene (tres campeonatos de liga consecutivos, ¡se
dice pronto!).
En efecto, para
la diligente dirección deportiva y ejecutiva del Atleti femenino no parece que
haya supuesto ningún problema ni el hecho de que toda la atención mediática se
la haya llevado este verano el CD Tacón -lo que, lamentablemente, no nos
sorprende-, ni el hecho de que nuestra conquista de los últimos campeonatos de
liga no haya restado poderío económico al Barcelona, siempre presto y dispuesto
a reforzarse a costa de su rival madrileño a golpe de talonario -por cierto, el
único rival de las culés, por más que los “asalariados” de Florentino nos
hablen de “clásicos” aun inéditos-.
Y es que Lola
y compañía saben muy bien lo que se hacen, y, como ya hicieran otros veranos
(sin ir más lejos, el pasado, pese a las voces que hablaban de desmantelamiento
del equipo), han respondido a la salida de su mejor jugadora (Jenny Hermoso), y
a algunas otras bajas sensibles (Esther) con varios fichajes de campanillas que,
por lo menos a priori, invitan a pensar que el nuevo proyecto no va a suponer
un cambio en el ciclo vencedor en el que se encuentra el equipo. Aunque sin
duda que las dificultades aumentarán, porque el crecimiento del fútbol femenino
ha dado lugar a la generación de más recursos económicos que se han traducido en
un mercado más dinámico, con equipos, es de esperar, más competitivos.
Es verdad que,
como en el caso del Atleti del Cholo, también “el féminas” se va a encontrar
con la dificultad de tener que armar un proyecto competitivo integrando
rápidamente un elevado número de altas. Pero también es cierto que en ambos
casos se cuenta con la ventaja de que buena parte de las nuevas incorporaciones
es gente muy contrastada. En el grupo de futbolistas consagradas que han
llegado al Atleti femenino se encontrarían, en mi modesta opinión, la
cancerbera holandesa, Sari van Veenendaal (mejor portera del último mundial,
que ha de generar la competencia que necesita un puesto en el que nuestra
querida Lola ha flojeado más de la cuenta el último año), Virginia Torrecilla
(mediocampista titular de la selección española, que puede formar con Angela
Sosa, Amanda y Messeguer una medular de fábula), la cazagoles mexicana Charlyn
Corral (menos versátil y técnica que Jenny, pero que asegura una buena cifra de
goles cada temporada, como ha demostrado en el Levante) y, como sorpresa de
última hora, la británica Duggan (sin duda, un fichaje de relumbrón, con el que
no podríamos haber soñado hace unos años). A estas cuatro yo sumaría también la
colombiana Leicy Santos (una firme promesa que ya algunos consideran una
realidad, y que, según comentan los que la conocen, puede ponerle difícil la
titularidad a la mismísima Amanda).
Más polémica
ha sido la llegada de otras futbolistas mucho menos conocidas y procedentes de
ligas de las que los aficionados españoles no tenemos muchas referencias. Es el
caso de las ucranianas Ovdiychuk y Pantsulaia, y de la estadounidense Strom
(procedente de la liga checa, una polivalente defensa que puede ocupar el
carril izquierdo o jugar de medio centro defensivo). El mayor recelo que
despiertan estos fichajes es que parecen poner de manifiesto que desde el club,
en esta fase de crecimiento que busca alcanzar altas cotas también en el plano
internacional, se quiere apostar más por gente veterana que por dar la
oportunidad a las jóvenes promesas de la cantera (caso de la lateral Rosa
Otermin, que se ha marchado al Betis).
Con
este panorama, creo que tenemos un equipo muy equilibrado, que aúna experiencia
y veteranía con juventud y ambición. Si hablamos de líneas, un equipo sin duda más
reforzado en la portería (donde es presumible un cambio de titularidad), que
contará con una defensa solvente (línea en la que destacan Kenti y Menayo, y en
la que se espera que continué el crecimiento de Laia y de Linari, y la
confirmación de Tunkara), que tendrá también un medio campo de muchísima
calidad tanto a la hora de generar futbol como en labores de presión y
recuperación (Amanda, Angela Sosa, Virginia Torrecilla, Messeguer, Chidiac y
Leicy para 4 puestos garantizan una competencia brutal), y que dispondrá de una
delantera de fútbol más directo y con gol garantizado (Charlyn y Ludmila son
físicamente tremendas, y Duggan, a la que conozco menos, parece ser que también
destaca por sus dotes atléticas).
Faltaría por dilucidar
la continuidad en plantilla de Olga Garcia, ante los rumores de que está siendo
tentada por ese nuevo equipo rico del que todos los medios hablan, pero al que
me niego a dar más protagonismo del que merece su trayectoria deportiva hasta
la fecha. Se habla de la posible llegada de un último refuerzo para la medular
si sale Olga (espero que no, y menos con ese destino).
En definitiva,
un año más para seguir disfrutando de nuestras chicas, a las que deseo que sean
capaces como mínimo de igualar lo logrado en estos últimos años.
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