Dicen que hay vagones que pasan por delante de uno y que no debes dejar pasar. El mío pasó una tarde cualquiera de hace ya dos años, cuando mi arrendador, Javier Garach, un conocido notario de Alicante, al conocer mi pasión atlética, me propuso entrar en un chat formado por unos cuantos amigos de Vicente Magro, un prestigioso jurista de Alicante, quien fundó el grupo con el que tanto entusiasmo me estaba hablando hace ya cuatro años. Ese mismo año del ingreso experimentamos un cambio espectacular, fui testigo de cómo esta familia crecía día a día hasta llegar casi en un abrir y cerrar de ojos a la cifra de 100 alocados atléticos, momento en el cual, la compañía que administra esa aplicación de comunicación nos echó el alto, no se podían registrar más miembros. Pero a los pocos días, sin mediar palabra alguna con ellos, Vicente recibió en su móvil un mensaje autorizándole una ampliación para el grupo de hasta 250 miembros.
A día de hoy ya somos 179 hermanos de una gran familia. Hoy esta familia se alimenta día a día con cariñosos mensajes, noticias de interés, convocatorias de reuniones, humor, aficiones y un sinfín de circunstancias que ya forman parte de nuestras vidas.
Lo que más me llama la atención, y os aseguro que es real como la vida misma, es que existe un antes y un después en la manera que cada uno de nosotros tenía a la hora de ver un partido del club de nuestros amores. Donde quiera que estemos cada uno de nosotros ya nunca vemos el fútbol como antes, lo vemos en familia. Los días de partido el Whatsapp del grupo se activa pronto, a las 7:00 am ya está tocando diana, en él nuestro querido Jose María Bento nos avanza la alineación de nuestros guerreros para ese día y a éste, se le unen mensajes que ya son tradición: “hoy viajamos juntos otra vez” sale desde mi móvil en Alicante, camino del estadio o en cualquier ciudad donde tengamos partido. “Fuerza y Honor” reclama nuestro Chemita desde Toledo o Colombia, su segunda residencia por asuntos laborales. Los alientos siguen inundando el móvil y con él nuestros corazones desde cualquier lugar. Leo desde su “Tierra Santa” (Israel), el siempre activo Andrés Iborra reivindica sus ánimos desde Alicante, fotos de ánimo nos llegan puntuales a la cita de mi querido hermano Miguel Ángel Muñoz desde Madrid, Inmaculada desde Barcelona también nos manda suerte, Dory desde Benidorm nos guiña el ojo, las flores de Ángeles desde Madrid adornan nuestras pantallas y así un interminable y alentador etc.
Hay que apresurarse, tenemos una primera cita en Pirámides, allí Flypper nos espera con su inquieta calma degustando su escalope de inmensas proporciones. Ilusionados como cuando vuelves a ver a tu familia tras un largo tiempo, vamos llegando enfundados en nuestros colores a tan esperada cita. ¿Cuántos somos hoy?, ¿Cuántos bocadillos?, ¿Cuántas botellas cogemos? Esas son algunas de las preguntas cotidianas que inician nuestras deseadas convocatorias en aquella plaza que tanto echaremos de menos. José Antonio, el “presi” de la peña Bendita Locura, alerta con voz conciliadora pero firme, “es hora de ir al doblete”. Allí nos espera nuestra última parada, previamente convocada como si de una religión se tratara por Bento en las primeras horas del día, en nuestra segunda casa, nuestro Chat. El camino desde Pirámides al Doblete nunca se hace igual, nuestra entonación va desafinando las tradicionales canciones del equipo y saca sonrisas allí por donde pasamos a todos los atléticos que se cruzan en nuestro camino rumbo hacia el estadio. El que mejor afina de nosotros no pasaría ningún casting de audición para ningún concurso, pero eso es lo de menos, nuestros corazones van contentos y rebosando amistad.
- "¡Mira, allí está Concha, nuestra súper Woman!"
También veo a Javi, Fede, Fran, Jose, Paco el de RRSS y Oscar Ruano. A nuestro paso, con puntualidad inglesa y una sonrisa de oreja a oreja, aparece Jose Manuel Oliva con sus peques, que ya de “peques” tienen muy poco, Luis Regina, Damián, Orozco y así hasta copar todo aquello y hacer de la puerta del Doblete nuestra casa. Un ir y venir constante de besos, abrazos, sonrisas, “líquido marrón”, tertulias de última hora sobre aspectos técnicos y tácticos del partido, todo está dispuesto para nuestra tradicional foto del doblete.
- “Flypper, macho, pon la bandera al revés antes de que nos vea Ángeles y hagamos otra del derecho para que no se nos enfade”.
Cuánto cariño, cuánta pasión, cuánto sentimiento podemos llegar a vivir a las puertas de nuestro querido Vicente Calderón que en gloria quede para siempre. Es la hora y salimos todos desperdigados a ocupar nuestras localidades, ¿todo esto acaba?, claro que no, nuestro chat no descansa nunca, ya desde las localidades del estadio empiezan a llegar poco a poco, debido a la dichosa cobertura, fotos, anécdotas, informaciones actualizadas, repeticiones, comentarios, informaciones, todo puntual y desde cualquier parte, pero sobretodo y por encima de todo, todos juntos, en nuestra casa, el chat y con nuestra familia. Vamos hablando durante el partido con un ojo en el chat y otro en el campo. Recuerdo que una vez tuve que ver un partido a solas en un bar por un viaje de trabajo, ¿a solas he dicho? Jajajajaja, NO, de ninguna manera, ¡¡allí estaban los de siempre acompañándome, mis amigos, mi familia, nuestro chat!!. ¡Aúpa Atleti Siempre!
Carlos Almodóvar
Socio de @BenditalocuraAt
Qué gran relato. Bendita locura!!!
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