domingo, 30 de diciembre de 2018

Asamblea y comida anual de la Peña Bendita Locura

Hoy presentamos el fantástico montaje de vídeo que nuestro peñista Carlos López ha hecho como recuerdo de la inolvidable jornada que vivimos en la celebración del 2º aniversario de nuestra peña. ¡Gracias, Carlos!

domingo, 23 de diciembre de 2018

El 4-3 de la temporada 93/94 en el Atleti- Barça

Por Miguel González

Todo aficionado al fútbol considera al club de sus amores como el más único y especial, en el caso de los atléticos hemos vivido tantos episodios rozando el surrealismo -hasta el punto de que Woody Allen hubiera rechazo los guiones por absurdos- que aseverar que en cuanto a rareza y originalidad no nos gana nadie nos sale de forma natural y espontánea.

Este deporte no es una ciencia matemática, no siempre se cumple lo del 2+2=4, pero sí que es cierto que en el largo plazo pocos valores se alejan de la media ponderada. Pues bien, el Atlético de Madrid siempre ha desafiado a la lógica, capaz de lo mejor y lo peor en términos absolutos, ganando por mayoría aplastante el título oficioso de equipo "revientaquinielas".

Sí, se puede decir que nos va la marcha, si ganamos una Liga somos capaces de pinchar en casa con el colista, si bajamos a Segunda asaltamos la banca triunfando en el Bernabéu (dentro de una maldición gitana como locales en los derbis que nos perseguirá 2 decenios).

En el caso que vamos a tratar, por el botín práctico no se igualó tamaña gesta, siempre nos pone más palote ganar al de la acera de enfrente que a sus archienemigos. Pero por las maneras y el contexto estamos ante uno de los partidos más apasionantes y bizarros que haya vivido el club en sus más de 100 años de historia.

Vamos a situar al lector. Retrocedemos al año 93, atrás ha quedado la trigo inflada azucarada "Quinta del Buitre", el Dream Team de Cruyff es una apisonadora a nivel nacional y está considerado el mejor equipo del continente, aunque "sólo" lo haya podido refrendar en una ocasión, todo ello sazonado con un juego exquisito, para los paladares más exigentes, juego directo, de primer toque. Un bloque formado por el núcleo de la selección española pero sobre todo reforzado con extranjeros, por entonces máximo de 4 por equipo, que están entre los 10 mejores del planeta.

Por lo que nos toca somos un equipo en reconstrucción tras una temporada en la que hemos dejado de ser la segunda potencia nacional, ya no queda nada del equipo de Luis que en el 92 bien pudo ganar los 3 títulos gordos que disputó.

Con Jesús Gil en la presidencia la contratación de jugadores no obedece al clásico míster pídame que yo se lo traigo. Nada más lejos de realidad, los proyectos de Gil son compras 3x2 de Carrefour o llévese un Kiko y le regalamos un Quevedo. Un tercio de la plantilla es nueva y pese a que algunas contrataciones apuntan maneras pagamos el peaje de la inadaptación en el primer tramo de la temporada.

Un inicio titubeante que ha hecho que nuestro presi ejerza de Calígula cortando la primera cabeza en la dirección. En Europa no abandonamos nuestro sello de equipo peculiar, una primera eliminatoria ante un equipo escocés en el que milita el que seguramente sea el primer jugador en salir del armario: Fashanu, y la ida de una vuelta ante el OFI sobre la que nos espera un atraco deleznable.

Llegamos a la 9ª jornada del campeonato doméstico, sábado por la noche, Vicente Calderón. Como oponente un equipo que tal es su potencial que tiene que dejar en la caseta al que no tardará en recibir el Balón de Oro (Stoichkov), por entonces un trofeo medianamente serio. Un oponente que impone mucho respeto con futbolistas en el once como Romario, Laudrup o Guardiola.

Vamos a tener que jugarnos los cuartos con gente como Pedro (nombre futbolístico así a secas, como el novio de Heidi), Quevedo o Kosecki, jugador que vino con la etiqueta de nuevo Futre pero será una copia más falsa que las zapatillas del Rastro Mike, Universe o Beebok.

Rueda el esférico, el Barça literalmente se siente como en un entrenamiento en el Mini Estadi. Romario le está haciendo un verdadero traje a Solozábal y de forma periódica y constante nos casca un gol en el 14,24 y 34. Pudo caer alguno más con una madera salvadora y nos vamos al vestuario con el rabo entre las piernas. Como el espía raptado por el enemigo nos sentimos con ganas de tragarnos la pastilla de cianuro para que la tortura termine cuanto antes.

Llueven las almohadillas en la grada, la impaciencia se agota, a muchos seguidores se les pasa la idea de largase a su casa y dejar de pasar frío, los telespectadores estamos en situación similar: ¿Y si le dan morcilla al partido y ponemos Informe Semanal?

Como llevamos en el ADN el masoquismo decidimos aguantar... total, si los 2 puntos se van a perder.

Pero el Dream Team comete un terrible error, algo que hizo que ese equipo "sólo" ganase una Champions y que ante un Madrid Random de Benito Floro las pasase putísimas para ganar la Liga, su talón de Aquiles fue su exceso de confianza. El Atleti está moribundo, sólo hay que darle el golpe de gracia, o bien cansarlo para que muera desangrado o por puro agotamiento.

Fruto de la relajación culé el Atleti comienza con un arreón en plan de perdidos al río y casi de forma inmediata cobra pieza. A los 2 minutos del segundo asalto Kosecki establece el 1-3. Raudo lleva el balón al centro del campo, la imagen no deja de producir cierta sorna porque la remontada sigue pareciendo poco más que un milagro.

El Atleti, que no anda sobrado de talento, es más fe que juego, pero se haya en la fase esa que no tiene nada que perder y se quita todos los complejos iniciales. En el 57 se produce una falta, aparentemente poco peligrosa, nuestros lanzadores, una vez que nos dejó Schuster, comparados con Koeman es como comparar una escopeta de feria con un Winchester.

Pedro va a ejecutar el libre directo, Zubizarreta , que en esos momentos es un portero que si defiende la portería de la selección es por el capricho de Clemente, se la come con patatas. El gol ha sido un verdadero churro, pero lo que cuenta es que el Atleti se ha puesto a un solo gol de la igualada. Un punto en lo práctico poco nos sirve para enderezar nuestro curso liguero, pero dadas las circunstancias de conseguirlo sabría a gloria.

Cruyff, que si bien fue un genio también en la dirección, es asaltado por su típico cagómetro en las situaciones May Day. Retira inmediatamente a su jugador de creación más talentoso, Guardiola, para dar entrada a un viejo conocido, Juan Carlos, pero que dificultará mucho más la conducción azulgrana.

Los nuestros están irreconocibles, una muestra de entrega y coraje que hace que estén tuteando al mejor equipo de Europa, la sensación no es otra que "mamones si jugaseis así todo el año...". El empate se masca, hasta que a poco más de un cuarto de hora de la conclusión Kosecki, en lo que seguramente sea su mejor definición como colchonero, establece la igualada.

La Caldera enloquece, el público está literalmente enajenado, se ha llevado a cabo un imposible, que piten ya porque ese punto nos hace los más felices del mundo, tal felicidad instantánea no se puede superar... o tal vez sí...

Vamos a recordar a los menos boinas verdades que estamos en pleno auge de la Saga Jurassic Park. Steven Spielberg asola los escaparates de las jugueterías con su merchandising.  El Atleti va a emular a los dinosaurios protagonistas de esa primera entrega en el asalto final del combate:

Kosecki va a ser el rapidísimo Velociraptor, López va a emular al Dilofosaurio y si se tercia le soltará un lapo a Romario, y para dar la puntilla Caminero se convertirá en un destructivo Tiranosaurio Rex.

Una vez hemos hincado el diente a nuestra presa queremos más, pese al resultadazo que supone el empate no estamos saciados. Por desgracia sufrimos la expulsión de Pirri y la hazaña ahora sí que parece fuera de órbita, remontarle a este Barcelona con uno menos es ya para despertarse del sueño.

"Cacho" Heredia de modo sensato opta por retirar a Manolo de la delantera y por meter a un jugador de brega como Pizo Gómez. Los catalanes reciben un baño de agua caliente y reaccionan, dándose cuenta de que realmente arrancar los 2 puntos del Calderón es tarea sencilla a poco que se apliquen, tiempo habrá de corregir errores.

Ahora nos toca achicar agua, el Barça aprieta y fruto de ello en las postrimerías del choque se produce un penalti bastante claro sobre Romario que López Nieto decide no señalar, por una vez el del pito nos favorece en choques a cara de perro.

El conjunto catalán ha dejado tan desguarnecida su retaguardia que por simple conducción nos podemos plantar en la portería de Zubizarreta. Kosecki sube la bola en línea recta hasta 3/4s de campo. Hemos retirado al resto de delanteros pero ello va a propiciar que se incorpore al ataque un jugador que, en contra de lo que era el pensamiento general, en espacios abiertos era rapidísimo. No es otro que don José Luis Pérez Caminero.

Al de Leganés le va a quedar el balón franco, llega casi sin oxígeno de la galopada que lleva en el cuerpo, la cruza... y al balón va al fondo de las mallas. 4-3, salta la publicidad y acude a celebrarlo con el Frente Atlético. Se produce en esos momentos en el aficionado colchonero la sensación esa de "me puedo morir tranquilo", a ver quién supera esto. Otros podrán ser más guapos y ricos pero momentos como el que acabamos de vivir justifican una temporada en la que nos iremos de vacío y sufriremos para salvar la categoría.

El partido fue un sábado noche, pero tal fue la que liamos que el lunes por la mañana en el Insti la vikingada no tuvo más remedio que rendirnos pleitesía. Poco duraría la alegría en casa del pobre, no tardaría en llegar otra injusta eliminatoria copera ante ellos. Pero esos instantes con tu enemigo hincando la rodilla y besando tu guante te quedan marcados para siempre.

Lo vivido aquella noche en La Caldera fue un orgasmo deportivo y la confirmación de que el Atlético de Madrid es un equipo ÚNICO.

Hasta la próxima queridos lectores 😊


Miguel González
Autor del "Anuario de un doblete"

domingo, 9 de diciembre de 2018

Nunca os enfadéis cuando hagáis una crítica

Hoy publicamos un artículo de Angeles Ortiz, en el que se recoge su opinión sobre el tipo de relaciones que deben imperar entre los aficionados al deporte en general y al fútbol en particular, resaltando la concordia, el respeto, la educación y eliminando las criticas negativas.


“ Nunca  os enfadéis cuando hagáis una crítica “, decía con acierto el Padre Bartolomé Vicens. Gran director espiritual, Dominico  sin parangón, ya en ese tercer anfiteatro, donde presiden las almas purificadas por el salto a la otra vida. “No enfadaros , cuando seguros de vosotros mismos,  queráis trasladar la magia de vuestra razón. Si lo hacéis, no solo se romperá, si no que la perderéis “ .

¡¡ Que difícil resulta !!  

Nos pasamos la vida asidos a una enorme lupa, buscando cualquier resquicio de falta; cualquier fallo o anomalía.  Desde luego no propia!  Ohhh, sería cruel, para nuestra autoestima.

Observamos , juzgamos , criticamos ... , normalmente con la excusa de corregir al otro para favorecerle. Maravilloso complejo de maestros , inconscientes de sus  errores !!

Algunos,  ya habrán pensado cuántas veces caemos en esas faltas. Cuánta energía perdida en rectificar la obra de los demás !! 

¿Somos conscientes de los malos ratos que nos proporcionamos?

Si vamos más allá del entorno familiar  y recorremos nuestros círculos de relaciones, nos daremos cuenta que el porcentaje mayor de intervención, está en las valoraciones a las conductas ajenas. Eso si, muy enfadados y sentenciosos. A que conlleva ? A que la mayoría, por no decir, prácticamente todas, caerán en saco roto.

No digamos ya, si lo extrapolamos al mundo del deporte ... es triste ver como algo lúdico, alegre y divertido, se convierte en un duelo de adversidades y pésimos deseos.

¿Condición humana imposible de reconducir? ¡Seguro que no !
La bondad mueve montañas y si añadimos humildad y autocrítica,  el resultado será  extraordinario.

Estas reflexiones tienen que estar presentes; deben formar parte de nuestra conducta y ponerla en práctica cada vez que haya un interlocutor con riesgo de ser vilipendiado. 

¿Cómo hacer llegar un mensaje con resultados positivos, desde la humillación o el descrédito? Imposible, se cae por su propio peso.

Hagamos de nuestro fútbol un enlace armónico, un intercambio de sentimientos, para convertirlo en lo que debería ser, un universo de bienestar y regocijo.

Luchemos por conseguir que algo tan atractivo, nos lleve a la paz y la concordia, haciendo que enriquezca las relaciones; que sirva, para unir y reunir,  a la gente de buena voluntad.

¿Seremos capaces ? ¡¡Vamos !!

Aúpa Atleti siempre.

Angeles Ortiz
Socia de @BenditalocuraAt

sábado, 1 de diciembre de 2018

Solamente una vez pagué una entrada en la reventa


Corría el año 1977, y en el Estadio Vicente Calderón, una tarde noche de finales de primavera, en concreto el 1 de junio, más de 70.000 personas se dieron cita en la Ribera del Manzanares para despedir al jugador más querido por la afición rojiblanca, al delantero centro que en una década de vino y rosas se había ganado el respeto de sus compañeros y de sus rivales, a la elegancia personificada en un terreno de juego, al ingeniero del área, a José Eulogio Gárate Ormaechea.

Cuando llegué a las inmediaciones del estadio, la aglomeración de gente era de tal proporción, que me costó trabajo acceder a las taquillas ubicadas en el Fondo Sur. Una vez alcanzado mi propósito me encontré con un cartel que decía “Localidades agotadas”. 

Como era socio del Atleti, desde que me vine a estudiar a Madrid un año antes, jamás había tenido dificultades para acceder al estadio y en ningún momento me había planteado pagar el doble de su precio por una entrada, y más teniendo en cuenta que era un estudiante becado y con pocos recursos. Superado el trance inicial, no tuve duda alguna, tenía que conseguir una entrada como fuera para despedir como él se merecía, al ídolo de mi infancia y adolescencia, al queridísimo Gárate.  

Aquella tarde noche del 1 de junio de 1977, en partido jugado contra una Selección Vasca, el Atleti rendía un merecidísimo homenaje a un jugador que, con el número 9 a la espalda, había marcado una época y que sobre todo se había ganado el cariño de grandes y pequeños.

Vestido de traje y con dos muletas para apoyarse, Gárate salto al terreno de juego del Vicente Calderón para, como capitán del equipo, recibir de manos del Presidente de la Federación Española de Fútbol, la Copa de Campeones de Liga de la temporada 1976/1977, recientemente finalizada. 

Desgraciadamente, esa temporada solamente pudo jugar unos minutos, en el partido disputado en el Vicente Calderón entre el Atleti y el Barcelona, 3-1 fue el resultado final, el día 24 de octubre de 1976. Saltó al campo en el minuto 76 sustituyendo a Rubén Cano, y ya nunca más se volvió a vestir de corto.

Hay que remontarse al 1 de febrero de 1976, donde, en partido televisado, se enfrentaron el Atlético de Madrid, entrenado por Luis, y el Elche, entrenado por Marcel Domingo. Ganó el Atleti 3-0, con gol de Gárate, en el minuto 21, y dos goles de Leiviña. 

En el minuto 12 del partido, una dura entrada del defensa del Elche, Indio, le produjo a Gárate un corte en la rodilla con un taco de aluminio. Gárate tuvo que abandonar el terreno de juego y bajar a los vestuarios para restaurar la herida, volviendo siete minutos después para, lanzándose en plancha, marcar de cabeza el primer gol del partido. Lo que parecía una caricia más, de las muchas que Gárate había sufrido en su gloriosa carrera, sería el principio del fin. 

Gárate finalizó la temporada jugando con normalidad, con alguna molestia en la rodilla a la que no se dio demasiada importancia, hasta tal punto que marcó el gol del triunfo en la final de la Copa del Generalísimo jugada contra el Real Zaragoza en el Santiago Bernabéu, 1-0 fue el resultado final. El gol de cabeza, lanzándose en plancha, marcado a Junquera  fue su último gol con la camiseta del Atleti. En ese partido el defensa Heredia, para no ser menos, también acarició la rodilla de Gárate, quien tuvo que bajar al vestuario para que se le volviera a reparar la maltrecha rodilla.

El caso es que al inicio de la siguiente pretemporada las molestias fueron aumentando y en una exploración el Doctor Ibañez detectó la presencia de un hongo en el interior de la rodilla. Los primeros tratamientos parecía que darían resultado pero desgraciadamente no fue así y todo se complicó, hasta tal punto que cuando, por fin, se consiguió eliminar el hongo, éste ya se había comido la rodilla y Gárate no volvió a jugar al fútbol.

Siempre recordaré al gran José Eulogio, con los brazos levantados, agradeciendo el cariño de todos los que asistimos al Vicente Calderón, aquella tarde noche del 1 de junio de 1977, en la que, por primera, y última vez compré una entrada en la reventa. 




Damián E. Muñoz Flores
Socio @BenditalocuraAt

domingo, 25 de noviembre de 2018

Luis Edmundo Pereira





Corría el año 1975 y el Atleti todavía sangraba por las heridas causadas por el gol de Schwarzenbeck, marcado en el minuto 119 de la final de la Copa de Europa jugada entre el Atlético de Madrid y el Bayern Munchen, el 15 de mayo de 1974, en el Estadio Heysel de Bruselas. El golpe emocional fue tan traumático que, sin duda, ha marcado el devenir posterior del Club.

El 10 de abril de 1975, el Atleti había curado un poquito las heridas al levantar la Copa Intercontinental, después de derrotar, en el Estadio Vicente Calderón, al Independiente de Avellaneda por dos goles a cero. 

Finalizada la temporada, llegaron las vacaciones de verano, y para la nueva temporada la Secretaría Técnica del Club pensó en reforzar la plantilla con dos nuevos extranjeros, algo que permitía la doble nacionalidad obtenida por los argentinos Ayala y Heredia.

La presentación de las dos nuevas incorporaciones, los brasileños Ivo y Sena, en el partido homenaje al gran guardameta Rodri, el 1 de septiembre de 1975, no invitaba al optimismo entre los fieles seguidores colchoneros, pero el día anterior, el 31 de agosto, había ocurrido algo que cambiaría el curso de los acontecimientos en la Ribera del Manzanares. 

El domingo 31 de agosto de 1975, bien entrada la noche, se jugó en Cádiz la final de la XXI edición del Trofeo Ramón de Carranza, entre el Real Madrid y el Palmeiras de Brasil. Con el transcurrir del partido el Palmeiras le dio un repaso en toda regla al Real Madrid, 3-1, fue el resultado final, y dos jugadores sobresalieron sobre el resto. Un rubio espigado y con una clase exquisita nos deleitó con un desconocido regate, lo llamaban bicicleta; y un defensa negro y fuerte, que era infranqueable, nos dejó con la boca abierta viéndole sacar el balón jugado como los propios ángeles. 

A los pocos días, Víctor Martínez, Secretario Técnico del Atleti, se subió al avión que trasladaba al Palmeiras a Brasil y en una rápida y brillante gestión cerró los fichajes del espigado rubio y del negro que corría con las rodillas juntas. El Atleti había fichado a Pereira y a Leiviña.

La noticia corrió como la pólvora entre la alicaída afición rojiblanca, y como por arte de magia los malos augurios y el pesimismo que impregnaba hasta los cimientos del Vicente Calderón desaparecieron de un plumazo. Fue como si un viento huracanado hubiera soplado sobre las oficinas de Barquillo 22 y lo hubiera cambiado todo. 

Con la aparición estelar de Luis Pereira, siempre con una sonrisa en los labios, y de Joao Leiva “Leiviña”, con su media melena al viento, el Atleti volvió a la senda de los triunfos y de los títulos. El día de su presentación en el Estadio Vicente Calderón, en partido jugado contra el Salamanca, Leiviña marcó tres goles maravillosos y se ganó el corazón de todos los atléticos. Luis Pereira dejó su sello en el siguiente partido jugado en el Manzanares contra un Barcelona capitaneado por Johan Cruyff; 3-0, reflejaba el marcador al finalizar el partido y la actuación del central brasileño había levantado un oh de admiración al salir con el balón controlado en un corner, rodeado de tres contrarios.  

Con el transcurrir de los partidos llegaron las lesiones, algunas muy graves, que sumadas a las actuaciones arbitrales impidieron que los triunfos fueran aún mayores. Pero eso no fue óbice para que estos dos brasileños, un negro y un rubio, que una noche de verano encandilaron a los buenos aficionados al fútbol, se hayan convertido en auténticas leyendas rojiblancas y formen parte de la gloriosa historia del Atlético de Madrid. 



Damián E. Muñoz Flores
Socio @BenditalocuraAt 



Los Automatismos y los Autómatas

       




Vivimos en la era de las tecnologías rodeados de todo tipo de utensilios y artefactos que han entrado a formar parte de nuestras vidas sin vuelta atrás. Teóricamente son para intentar hacernos la vida más fácil: - sensores que automáticamente ordenan a las puertas que se abren ante ti, - escaleras que se suben y bajan sin dar un paso, - móviles que reconocen tu voz y sin pulsar te hacen una llamada o te indican como llegar a una dirección, - ordenadores que ejecutan de forma automatizada accesos a las cuentas bancarias y nos permiten mover fondos estando en la playa o en medio de la montaña.

Estos son algunos ejemplos, aunque son tantos que la lista de automatismos sería infinita, uno de los que más simpático me resulta es el robot aspirador que es tan “inteligente” que cuando se agota su batería, después de hacer su trabajo, el solo vuelve a su fuente de alimentación, recupera su posición. 


Precisamente sobre eso, de recuperar la posición en el campo era de lo que quería escribir en esta entrada en nuestro blog. Se han impuesto en el fútbol moderno los automatismos, cada vez a los futbolistas le dejan menos margen a la improvisación, sobre todo en los aspectos defensivos y de ocupación de los espacios. El equipo que quiera competir en ligas de primer nivel o en competiciones internacionales deben de funcionar como una máquina,  como ese robot aspirador, sobre todo cuando el equipo pierde la posesión del balón, el jugador está obligado a recuperar su posición anterior, según el esquema táctico que el entrenador haya dibujado en el vestuario, cada vez es menor el espacio a la improvisación y cada vez es mayor la rigidez de la disciplina de equipo, sabiendo que el repliegue debe hacerse ordenadamente, sin producir espacios que permitan al rival aproximarse con comodidad a nuestra área.

           
  Esta automatización no es solo en jugadas defensivas, también se ve con claridad en las jugadas de ataque a balón parado, que se preparan con minuciosidad en el laboratorio de los entrenamientos. Escuché a un entrenador profesional decir que llegaban a tener preparadas hasta 60 jugadas distintas entre faltas directas o indirectas, córner y hasta saques de banda, obligando al jugador a memorizarlas para que con una indicación desde la banda poder ejecutar una u otra en función de la situación del partido o incluso de las características del rival. 

              Todo esto hace que los partidos cada vez se parecen más entre si y los equipos también, de alguna manera los jugadores se están haciendo más autómatas, se están aproximando en sus movimientos a las maquinas programadas para actuar de una manera determinada. Es cierto que en ataque a los jugadores más ofensivos y creativos se les permite una cierta libertad de movimientos, pero siempre con la mirada puesta en la retaguardia, son excepciones contadas aquellos los jugadores a los que su entrenador les exime de la obligación de presionar en la salida del balón del contrario., cada vez más vemos Griezmann, Messi presionar al contrario para robar el balón.

              Cada vez el jugador es más autómata, es más robótico, pero como es humano comete errores y de esos errores en muchos casos vienen los goles, que son la savia del futbol, el fluido vital que nos emociona y que trasforma los estadios en gigantescas agrupaciones de voces que retumban con fuerza y la trasmiten a esos autómatas hasta hacerles volver a su condición más humana. 



Igual que me emociona ver una bandera con nuestros colores, leer un artículo sobre nuestros jugadores, escuchar el himno de mi ATLETI, los aficionados no somos autómatas, no estamos obligados a aplicar automatismos en nuestros sentimientos rojiblancos, pero es cierto que hay un mecanismo automático interior emocional que se dispara en el momento que hablo, veo, o leo algo sobre el ATLETI. Mis sensores lo detectan y segregan endorfinas que me proporcionan felicidad. Por eso soy del ATLETI. 

Juan José Bolufer
Socio @benditalocuraatleti

jueves, 22 de noviembre de 2018

Bendita Locura 2º Aniversario

El autor de este video es Manuel, "El Búho", gran amigo de nuestra Peña Bendita Locura y persona con un enorme conocimiento de la historia del nuestro equipo, el Club Atlético de Madrid. Manuel nos ha querido regalar este bonito recuerdo de una jornada muy entrañable para todos nosotros. 

Esperamos que lo disfrutéis.

¡Muchas gracias Búho!


domingo, 18 de noviembre de 2018

Una negra y oscura noche en Esmirna



Corría el año 1967, y el equipo dirigido por Otto Gloria estaba realizando una gran temporada. Después de nueve jornadas, el Atlético de Madrid encabezaba la clasificación con 16 puntos sobre 18 posibles, habiendo ya rendido visita tanto al Nou Camp como al Santiago Bernabéu.

En la Copa de Ferias se había eliminado al Wiener en dieciseisavos de final, con un contundente resultado 2-5 en el Prater, con cuatro goles de Gárate, y 2-1 en el Manzanares con rotaciones en el equipo.

Con unos resultados excelentes y con la moral por las nubes, el 22 de noviembre de 1967, se presentó el Atleti en Esmirna para jugar el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa de Ferias. En la ida, jugada en el Estadio del Manzanares, el Atleti había ganado 2-0 al Goztepe, con goles de Gárate y Cardona. Nadie podía imaginar lo que pasaría en suelo turco.

Otto Gloria había formado un equipo muy serio y compacto que apenas encajaba goles, que repetía partido tras partido, y en el que en el centro de la zaga destacaba un jugador de la cantera llamado Martínez Jayo.

Con la baja de Rodri, lesionado en Sevilla, que fue sustituido por San Román, el Atleti saltó al deplorable césped del Alsancak, con Rivilla, Martínez Jayo, Calleja; Glaría, Iglesias; Ufarte, Luis, Gárate, Adelardo y Collar, confiando en pasar la eliminatoria sin demasiados apuros, si bien, en el entrenamiento realizado el día anterior ya se pudo comprobar que los turcos no tenían buenas intenciones y que una encerrona se estaba preparando.

Unos días antes había estallado la crisis greco-turca por Chipre y la presencia de soldados armados hasta los dientes no presagiaba buenos augurios.

Con viento fuerte y baja temperatura, y con los jugadores del Goztepe lanzados al ataque, el Atleti fue pasando los minutos iniciales, pero la noche no pintaba bien. Un árbitro yugoslavo llamado Josip Strmecki se encargaría de perpetrar un atraco en toda regla, permitiendo el juego  duro del Goztepe e impidiendo que el Atleti pudiera jugar en campo contrario. Antes de alcanzar el minuto 15 de partido el Atleti ya pierde por 1-0, al haber sido sancionado con un penalti, por falta cometida fuera del área por Iglesias, y juega con diez jugadores por expulsión de su capitán Enrique Collar.

Antes de la media hora de juego la eliminatoria ya está empatada y los nueve jugadores de campo y San Román resisten como pueden las embestidas turcas. El primer tiempo se alarga ocho minutos pero se llega al descanso con el resultado de 2-0.

En el segundo tiempo el tal Josip Strmecki expulsa a Ufarte en el minuto 66 por protestar un fuera de juego inexistente y la idea de resistir se convierte en un imposible. El centro de la zaga, con Martínez Jayo, Iglesias y Glaría, aguanta con bravura los continuos ataques del Goztepe, pero el árbitro alarga el partido hasta que marque el equipo local. En el minuto 11 del tiempo añadido llega el tercer gol y se da por concluido el partido. En total se han jugado 109 minutos.

Los jugadores atléticos rodean al árbitro pidiéndole explicaciones y sus linieres los golpean con los palos de sus banderines. Martínez Jayo tiene una ceja partida y el Conde Cheles (directivo del Club) recibe un botellazo en la cabeza. 

Tras la vuelta a Madrid, el equipo ya no será el mismo y la temporada se tuerce definitivamente, siendo cesado Otto Gloría como entrenador del equipo y sustituido por Miguel.  

Lo vivido en Esmirna, en una noche negra y oscura, no fue una experiencia positiva pero forjó a una serie de jugadores para gestas mayores, y entre ellos a Jesús Martínez Jayo, quien dejó claro que estaba dispuesto a partirse la cara por su equipo, y que se consolidó en el centro de la defensa a pesar de la competencia del gran Jorge Griffa.



Damián E. Muñoz Flores
Socio @BenditalocuraAt


domingo, 11 de noviembre de 2018

Adelardo Rodríguez Sánchez: el jugador con más partidos oficiales de la historia del Atlético de Madrid.

Por Damián Muñoz


Corría el año 1969 y el joven jugador que llegó del Badajoz una década atrás no pasaba por su mejor momento. Atrás habían quedado las primeras temporadas en el Atleti, con las dos Copas del Generalísimo ganadas en el Santiago Bernabéu al Real Madrid y la conquista de la Recopa, al vencer a la Fiorentina en un partido de desempate jugado en Stuttgart el 5 de septiembre de1962. También había quedado atrás la Copa ganada al Zaragoza en 1965 y el título de Liga obtenido en Sarriá el 3 de abril de 1966, ganando los siete últimos partidos.

Desde finales de 1967 Adelardo no era el mismo. Las lesiones y unas fiebres tifoideas, que requirieron hospitalización, no le habían permitido tener continuidad en el equipo. Pero sobre todo fue la muerte de su padre la que le  había llevado a un estado de ánimo bajo mínimos. La situación llegó a tal punto que en el Club se habló de su posible retirada cuando aún no había cumplido los treinta años.

En el verano de 1969 llegó al banquillo del Manzanares Marcel Domingo y la situación cambió radicalmente. El entrenador francés construirá un equipo que marcará una época gloriosa de la historia del Atlético. 



Marcel Domingo, con pocas incorporaciones, todas ellas de perfil bajo, como Alberto, Salcedo, Ovejero, Orozco, etc., y con la recuperación de varios veteranos, fabrica un nuevo Atleti que se despliega de tal manera  al contraataque que creará escuela.

Domingo coloca a Melo de lateral derecho y para la posición de mediocentro defensivo y motor del equipo se decanta por Adelardo.  En su nueva posición en el centro del campo, hasta la fecha había jugado como interior, Adelardo vivirá los mejores años de su carrera deportiva, llevando al Atleti, en compañía de otros grandes jugadores, a saborear las mieles del triunfo. Dos Ligas 1969/1970 y 1972/1973, dos Copas del Generalísimo 1972 y 1976 y una Copa Intercontinental llegan a las vitrinas de la calle Barquillo.


Capítulo aparte merece la Copa de Europa de la temporada 1973/1974 y la final jugada en Bruselas el 15 de mayo de 1974. El Atlético se presenta en la final después de derrotar al Celtic F.C. en una eliminatoria que ha pasado a la historia, por diversas circunstancias pero principalmente porque, tras expulsar el árbitro a Panadero Díaz, a Ayala y a Quique, 8 hombres, 8 jabatos, aguantaron un asedio en el Celtic Park, durante casi 30 minutos. Y todo gracias a un impresentable llamado Babacan. En el partido de vuelta dos goles de Gárate y del propio Adelardo pusieron las cosas en su sitio.

El Atleti estaba en la final de la Copa de Europa, y un gol de Luis, de falta directa, en el minuto 114 puso la gloria al alcance de la mano. Pero las cosas en el Atleti nunca han sido fáciles y el destino le volvió a jugar una broma macabra. En el minuto 119 el jugador muniqués de nombre impronunciable marcaba desde media distancia y ponía punto y final al sueño de una afición.

Adelardo se había encargado del marcaje de  Uli Hoeness durante todo el partido y poco antes del mazazo final, viendo al delantero alemán a punto de llorar y dando el partido por perdido, se dirigió a Lorenzo y le comentó:

-Está casi en un corner, lo dejo y me vuelvo a mi posición.
Lorenzo le respondió:
-Sigue con él.

El saque de banda previo al avance y disparo de Schwarzenbeck tuvo lugar con Adelardo fuera de su posición de medio centro. Que hubiera pasado si Adelardo no hubiera hecho caso a Lorenzo? Nunca lo sabremos. Lo que sí sabemos es que Adelardo siempre lo dejó todo en el campo y que decir Adelardo es decir Atlético de Madrid.




Damián E. Muñoz Flores
Socio @BenditalocurAt

domingo, 4 de noviembre de 2018

Yo subí al Cielo una vez.

Por Luis Iglesias

El pasado fin de semana, entre el viernes 27 y el sábado 28 de octubre de 2018, pude tocar el cielo, o eso creo yo. 

Todo transcurrió natural, sin ambages y fue como una sinfonía in crescendo, desde su inicio en las horas previas al partido entre nuestro Atleti y la Real Sociedad, en el Parking Party, donde pude saborear los combinados y delicatessen, que esos magos de la fraternidad tan desinteresadamente ofrecían. Con ese maestro de los medios audiovisuales, el gran “ChemaChupi Chachi Guay”, que conseguía hacernos sentir bien a todos con su generosidad y con su desbordante y alegre personalidad (basta con ver su entrevista de Gol TV), de modo que el clima frío, muy frío según los entendidos, se iba calentando según se acercaba la hora del partido. 



Luego el partido, acompañado de amigos, en ese marco incomparable con miles de luces, y millares de voces coreando a los nuestros. Noto que mi corazón, acostumbrado a latir aceleradamente, de pronto va y le llega la calma chicha, apenas palpitaba, el dominio y buen juego de los nuestros lo calmaban, de modo que disfrutaba a tope del glorioso, ese equipo rayado donde los delanteros defienden y los defensas golean, ese grupo compacto homogéneo “todos a una”, que ha forjado el Cholo.



La felicidad de la primera jornada era preludio de que en la siguiente llegaría al éxtasis. Con una sonrisa en los labios veía con idéntica mueca a mis hermanos socios de esa Bendita Locura, hoy teníamos que celebrar a lo grande nuestro segundo año como Peña Atlética. De modo asambleario nos reunimos en el templo más sagrado, en el Wanda Metropolitano, en la sala de prensa, el gozo como señalé al principio iba aumentando, "vaya pedazo de sala", y tras oír a los máximos responsables, que con total acierto llevan el devenir de la Peña, se rinde un hermoso recuerdo, con un emotivo audiovisual a todos los que nos dejaron y se culmina el acto con un homenaje a nuestros ilustres jugadores, Adelardo Rodríguez, Jose Eulogio Gárate, Luiz Edmundo Pereira, y Jesús Martínez Jayo


Parecía imposible que el día pudiera dar más de sí, pero me quedo corto si solo digo que fue algo increíble. Llegó esa comida de hermandad en el templo Atlético, viendo el mejor estadio del mundo y compartiendo mantel con la mejor compañía posible, con los jugadores homenajeados y otros, con Rodri, Iselín Santos Ovejero, Jorge Mendoza, y los ya nuestros Marcelino Pérez y Julio Orozco, con Luis Aragonés hijo y con la familia de Arteche. Reconocimientos y agradecimientos aparte, fue un cúmulo de sensaciones celestiales o al menos a mi me lo parecieron, estábamos en el templo más sagrado con todos nuestros queridos ídolos y muy, muy cerquita del cielo. 

¡Aúpa Atleti y viva la Peña Bendita Locura!

Luis Iglesias Asuar 
Socio del Atleti y de @BenditalocuraAt

viernes, 2 de noviembre de 2018

Video de la campaña #BenditaLocuraVerano (HD)


Este es el video resumen de la campaña de verano #BenditaLocuraVerano18, cuyos premios se entregaron el pasado domingo en nuestro evento anual.


¡Muchas gracias a todos los que nos enviasteis fotos o vídeos!

miércoles, 31 de octubre de 2018

Homenaje a Gárate (HD)

El pasado domingo la peña homenajeó a Jose Eulogio Gárate en nuestro evento anual celebrado en el estadio Metropolitano. Este es el vídeo confeccionado para la ocasión.

Un caballero dentro y fuera de los terrenos de juego, un símbolo para toda una generación. ¡Gracias, Gárate!


martes, 30 de octubre de 2018

In Memoriam 2017-18 (HD)

Homenaje a los jugadores, técnicos y allegados del Atlético de Madrid fallecidos desde noviembre de 2017 hasta hoy, con un recuerdo muy especial para los familiares y amigos de peñistas que ya se encuentran en el "tercer anfiteatro".

domingo, 21 de octubre de 2018

¡No fue un día cualquiera!

Por Miguel Ángel Muñoz



Hoy he madrugado muchísimo. Ya llevo tres cafés combinados con diferentes acompañamientos sólidos no muy apetecibles.

En el asiento del avión, dirección al Imperio del Sol Naciente, veo con detenimiento los whatsApp de estos últimos días de nuestra Peña Bendita Locura. En mi mochila llevo mi bufanda del Atleti y un bocadillo de jamón ibérico… por si acaso.

Me concentro en el movimiento del chat de las primeras horas del viernes, 12 de octubre, el día de la Fiesta Nacional de España y de la Hispanidad. Ahí se percibe que nosotros sí tenemos mucho que celebrar y que, deseando manifestarlo, la bandera y los colores del Atleti acompañan siempre a cualquier tipo de video o de whatsApp junto a la enseña nacional.

Desde la añorada María de Villota (Q.E.P.D.) a un cerrado y rotundo ¡Viva España! van pasando Flypper y Carlos son su banderas atléticas colocadas siempre del revés y boca abajo, y Andrés que agradece un tranquilo mensaje de Nany que a todos nos tranquilizó; y Luis Miguel que deja en el aire la pregunta de quién metió el último gol en el Estadio Vicente Calderón asegurando que, solo por eso, habría que hacerle un homenaje al futbolista que así acertó en su remate histórico.

José nos recuerda el gol 3.600 del Atleti en Primera División, obra de Hasselbaink, y, casi a la vez, Marta nos envía su Zocodover toledano convertido en una espléndida bandera de España, rematada por imponente Alcázar, y aprovecha el mensaje para felicitar a las Pilares incorporando una banderita del Atleti en su whatsApp.

Miguel comparte felicitación asegurando que tiene una (Pilar) en su casa y entre besos y banderas se fotografía en el Paseo de los Tristes delante de la Alhambra asegurando, certero, que si hubiese un fondo más maravilloso se sabría.

Andrés, tras repetir decenas de veces ¡España!, aparece en una fotografía vestido con su camiseta del Atleti tocado con un sorprendente “cachirulo” autocalificándose de #falsobaturro. ¡Genial!

Javier, granaino y alicantino anuncia que pone su camiseta de tenista a la disposición de los que deseen incorporar en ella publicidad y nos indica que desea diversificar su actividad profesional, supongo yo que el despacho es muy duro, y que le gustaría pasarse dos meses de “alterne” como hace su paisano Miguel. Javier, el barcelonés, se fotografía en el Paseo de Gracia con Albert Boadella luciendo banderas españolas. ¡Valientes!

Entre el “Soy Español” y el grandioso poema “España” de José Manuel Soto, aprovecha Miguel para enviarnos un “Poron pon pero” agitanado desde el Mirador de San Nicolás, asegurando que es un “Loco Bendito”. Nadie le contradice.

Mientras tanto, Paco, nos presenta un auténtico ratón, Rubén Ayala, en su debut en Sarriá el 12 de Octubre de 1973. ¡Qué grande el melenudo argentino!

Félix, en Zaragoza, se fotografía con su ofrenda floral a la Pilarica y Damián asegura que la Patrulla Águila, del Ejercito del Aire, pasó sobre la Castellana formando con el humo de sus aviones los colores de la bandera de España.

Llego a los WhatsApp del medio día y José Antonio y Carlos se enredan en comentar para qué son buenos los gruesos dedos de las manos, asegurando que lo son para tocar el saxo y coger percebes. Tras asegurar irónicamente, que “se nota que hoy no juega el Atleti”, aparece el momento sublime cuando mantienen que “solo nos queda un tema por comentar: ¡¡Correa!!

La sobrecargo del avión nos anuncia que van a servir un desayuno y me toca recoger. ¿Me dará tiempo a ir hasta Sendai para ver el partido que nuestro “niño Torres” jugará con su equipo, el Sagan Tosu, mañana sábado 20 de Octubre de 2018 contra el Vegalta Sendai? Trataré, en una próxima ocasión, de contar la experiencia.

Un cordial saludo.

¡Viva la Peña Atlética Bendita Locura! ¡Aúpa Atleti, siempre! ¡Viva España!

Miguel Ángel Muñoz Flores
Socio de @BenditalocuraAt