domingo, 25 de noviembre de 2018

Luis Edmundo Pereira





Corría el año 1975 y el Atleti todavía sangraba por las heridas causadas por el gol de Schwarzenbeck, marcado en el minuto 119 de la final de la Copa de Europa jugada entre el Atlético de Madrid y el Bayern Munchen, el 15 de mayo de 1974, en el Estadio Heysel de Bruselas. El golpe emocional fue tan traumático que, sin duda, ha marcado el devenir posterior del Club.

El 10 de abril de 1975, el Atleti había curado un poquito las heridas al levantar la Copa Intercontinental, después de derrotar, en el Estadio Vicente Calderón, al Independiente de Avellaneda por dos goles a cero. 

Finalizada la temporada, llegaron las vacaciones de verano, y para la nueva temporada la Secretaría Técnica del Club pensó en reforzar la plantilla con dos nuevos extranjeros, algo que permitía la doble nacionalidad obtenida por los argentinos Ayala y Heredia.

La presentación de las dos nuevas incorporaciones, los brasileños Ivo y Sena, en el partido homenaje al gran guardameta Rodri, el 1 de septiembre de 1975, no invitaba al optimismo entre los fieles seguidores colchoneros, pero el día anterior, el 31 de agosto, había ocurrido algo que cambiaría el curso de los acontecimientos en la Ribera del Manzanares. 

El domingo 31 de agosto de 1975, bien entrada la noche, se jugó en Cádiz la final de la XXI edición del Trofeo Ramón de Carranza, entre el Real Madrid y el Palmeiras de Brasil. Con el transcurrir del partido el Palmeiras le dio un repaso en toda regla al Real Madrid, 3-1, fue el resultado final, y dos jugadores sobresalieron sobre el resto. Un rubio espigado y con una clase exquisita nos deleitó con un desconocido regate, lo llamaban bicicleta; y un defensa negro y fuerte, que era infranqueable, nos dejó con la boca abierta viéndole sacar el balón jugado como los propios ángeles. 

A los pocos días, Víctor Martínez, Secretario Técnico del Atleti, se subió al avión que trasladaba al Palmeiras a Brasil y en una rápida y brillante gestión cerró los fichajes del espigado rubio y del negro que corría con las rodillas juntas. El Atleti había fichado a Pereira y a Leiviña.

La noticia corrió como la pólvora entre la alicaída afición rojiblanca, y como por arte de magia los malos augurios y el pesimismo que impregnaba hasta los cimientos del Vicente Calderón desaparecieron de un plumazo. Fue como si un viento huracanado hubiera soplado sobre las oficinas de Barquillo 22 y lo hubiera cambiado todo. 

Con la aparición estelar de Luis Pereira, siempre con una sonrisa en los labios, y de Joao Leiva “Leiviña”, con su media melena al viento, el Atleti volvió a la senda de los triunfos y de los títulos. El día de su presentación en el Estadio Vicente Calderón, en partido jugado contra el Salamanca, Leiviña marcó tres goles maravillosos y se ganó el corazón de todos los atléticos. Luis Pereira dejó su sello en el siguiente partido jugado en el Manzanares contra un Barcelona capitaneado por Johan Cruyff; 3-0, reflejaba el marcador al finalizar el partido y la actuación del central brasileño había levantado un oh de admiración al salir con el balón controlado en un corner, rodeado de tres contrarios.  

Con el transcurrir de los partidos llegaron las lesiones, algunas muy graves, que sumadas a las actuaciones arbitrales impidieron que los triunfos fueran aún mayores. Pero eso no fue óbice para que estos dos brasileños, un negro y un rubio, que una noche de verano encandilaron a los buenos aficionados al fútbol, se hayan convertido en auténticas leyendas rojiblancas y formen parte de la gloriosa historia del Atlético de Madrid. 



Damián E. Muñoz Flores
Socio @BenditalocuraAt 



Los Automatismos y los Autómatas

       




Vivimos en la era de las tecnologías rodeados de todo tipo de utensilios y artefactos que han entrado a formar parte de nuestras vidas sin vuelta atrás. Teóricamente son para intentar hacernos la vida más fácil: - sensores que automáticamente ordenan a las puertas que se abren ante ti, - escaleras que se suben y bajan sin dar un paso, - móviles que reconocen tu voz y sin pulsar te hacen una llamada o te indican como llegar a una dirección, - ordenadores que ejecutan de forma automatizada accesos a las cuentas bancarias y nos permiten mover fondos estando en la playa o en medio de la montaña.

Estos son algunos ejemplos, aunque son tantos que la lista de automatismos sería infinita, uno de los que más simpático me resulta es el robot aspirador que es tan “inteligente” que cuando se agota su batería, después de hacer su trabajo, el solo vuelve a su fuente de alimentación, recupera su posición. 


Precisamente sobre eso, de recuperar la posición en el campo era de lo que quería escribir en esta entrada en nuestro blog. Se han impuesto en el fútbol moderno los automatismos, cada vez a los futbolistas le dejan menos margen a la improvisación, sobre todo en los aspectos defensivos y de ocupación de los espacios. El equipo que quiera competir en ligas de primer nivel o en competiciones internacionales deben de funcionar como una máquina,  como ese robot aspirador, sobre todo cuando el equipo pierde la posesión del balón, el jugador está obligado a recuperar su posición anterior, según el esquema táctico que el entrenador haya dibujado en el vestuario, cada vez es menor el espacio a la improvisación y cada vez es mayor la rigidez de la disciplina de equipo, sabiendo que el repliegue debe hacerse ordenadamente, sin producir espacios que permitan al rival aproximarse con comodidad a nuestra área.

           
  Esta automatización no es solo en jugadas defensivas, también se ve con claridad en las jugadas de ataque a balón parado, que se preparan con minuciosidad en el laboratorio de los entrenamientos. Escuché a un entrenador profesional decir que llegaban a tener preparadas hasta 60 jugadas distintas entre faltas directas o indirectas, córner y hasta saques de banda, obligando al jugador a memorizarlas para que con una indicación desde la banda poder ejecutar una u otra en función de la situación del partido o incluso de las características del rival. 

              Todo esto hace que los partidos cada vez se parecen más entre si y los equipos también, de alguna manera los jugadores se están haciendo más autómatas, se están aproximando en sus movimientos a las maquinas programadas para actuar de una manera determinada. Es cierto que en ataque a los jugadores más ofensivos y creativos se les permite una cierta libertad de movimientos, pero siempre con la mirada puesta en la retaguardia, son excepciones contadas aquellos los jugadores a los que su entrenador les exime de la obligación de presionar en la salida del balón del contrario., cada vez más vemos Griezmann, Messi presionar al contrario para robar el balón.

              Cada vez el jugador es más autómata, es más robótico, pero como es humano comete errores y de esos errores en muchos casos vienen los goles, que son la savia del futbol, el fluido vital que nos emociona y que trasforma los estadios en gigantescas agrupaciones de voces que retumban con fuerza y la trasmiten a esos autómatas hasta hacerles volver a su condición más humana. 



Igual que me emociona ver una bandera con nuestros colores, leer un artículo sobre nuestros jugadores, escuchar el himno de mi ATLETI, los aficionados no somos autómatas, no estamos obligados a aplicar automatismos en nuestros sentimientos rojiblancos, pero es cierto que hay un mecanismo automático interior emocional que se dispara en el momento que hablo, veo, o leo algo sobre el ATLETI. Mis sensores lo detectan y segregan endorfinas que me proporcionan felicidad. Por eso soy del ATLETI. 

Juan José Bolufer
Socio @benditalocuraatleti

jueves, 22 de noviembre de 2018

Bendita Locura 2º Aniversario

El autor de este video es Manuel, "El Búho", gran amigo de nuestra Peña Bendita Locura y persona con un enorme conocimiento de la historia del nuestro equipo, el Club Atlético de Madrid. Manuel nos ha querido regalar este bonito recuerdo de una jornada muy entrañable para todos nosotros. 

Esperamos que lo disfrutéis.

¡Muchas gracias Búho!


domingo, 18 de noviembre de 2018

Una negra y oscura noche en Esmirna



Corría el año 1967, y el equipo dirigido por Otto Gloria estaba realizando una gran temporada. Después de nueve jornadas, el Atlético de Madrid encabezaba la clasificación con 16 puntos sobre 18 posibles, habiendo ya rendido visita tanto al Nou Camp como al Santiago Bernabéu.

En la Copa de Ferias se había eliminado al Wiener en dieciseisavos de final, con un contundente resultado 2-5 en el Prater, con cuatro goles de Gárate, y 2-1 en el Manzanares con rotaciones en el equipo.

Con unos resultados excelentes y con la moral por las nubes, el 22 de noviembre de 1967, se presentó el Atleti en Esmirna para jugar el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa de Ferias. En la ida, jugada en el Estadio del Manzanares, el Atleti había ganado 2-0 al Goztepe, con goles de Gárate y Cardona. Nadie podía imaginar lo que pasaría en suelo turco.

Otto Gloria había formado un equipo muy serio y compacto que apenas encajaba goles, que repetía partido tras partido, y en el que en el centro de la zaga destacaba un jugador de la cantera llamado Martínez Jayo.

Con la baja de Rodri, lesionado en Sevilla, que fue sustituido por San Román, el Atleti saltó al deplorable césped del Alsancak, con Rivilla, Martínez Jayo, Calleja; Glaría, Iglesias; Ufarte, Luis, Gárate, Adelardo y Collar, confiando en pasar la eliminatoria sin demasiados apuros, si bien, en el entrenamiento realizado el día anterior ya se pudo comprobar que los turcos no tenían buenas intenciones y que una encerrona se estaba preparando.

Unos días antes había estallado la crisis greco-turca por Chipre y la presencia de soldados armados hasta los dientes no presagiaba buenos augurios.

Con viento fuerte y baja temperatura, y con los jugadores del Goztepe lanzados al ataque, el Atleti fue pasando los minutos iniciales, pero la noche no pintaba bien. Un árbitro yugoslavo llamado Josip Strmecki se encargaría de perpetrar un atraco en toda regla, permitiendo el juego  duro del Goztepe e impidiendo que el Atleti pudiera jugar en campo contrario. Antes de alcanzar el minuto 15 de partido el Atleti ya pierde por 1-0, al haber sido sancionado con un penalti, por falta cometida fuera del área por Iglesias, y juega con diez jugadores por expulsión de su capitán Enrique Collar.

Antes de la media hora de juego la eliminatoria ya está empatada y los nueve jugadores de campo y San Román resisten como pueden las embestidas turcas. El primer tiempo se alarga ocho minutos pero se llega al descanso con el resultado de 2-0.

En el segundo tiempo el tal Josip Strmecki expulsa a Ufarte en el minuto 66 por protestar un fuera de juego inexistente y la idea de resistir se convierte en un imposible. El centro de la zaga, con Martínez Jayo, Iglesias y Glaría, aguanta con bravura los continuos ataques del Goztepe, pero el árbitro alarga el partido hasta que marque el equipo local. En el minuto 11 del tiempo añadido llega el tercer gol y se da por concluido el partido. En total se han jugado 109 minutos.

Los jugadores atléticos rodean al árbitro pidiéndole explicaciones y sus linieres los golpean con los palos de sus banderines. Martínez Jayo tiene una ceja partida y el Conde Cheles (directivo del Club) recibe un botellazo en la cabeza. 

Tras la vuelta a Madrid, el equipo ya no será el mismo y la temporada se tuerce definitivamente, siendo cesado Otto Gloría como entrenador del equipo y sustituido por Miguel.  

Lo vivido en Esmirna, en una noche negra y oscura, no fue una experiencia positiva pero forjó a una serie de jugadores para gestas mayores, y entre ellos a Jesús Martínez Jayo, quien dejó claro que estaba dispuesto a partirse la cara por su equipo, y que se consolidó en el centro de la defensa a pesar de la competencia del gran Jorge Griffa.



Damián E. Muñoz Flores
Socio @BenditalocuraAt


domingo, 11 de noviembre de 2018

Adelardo Rodríguez Sánchez: el jugador con más partidos oficiales de la historia del Atlético de Madrid.

Por Damián Muñoz


Corría el año 1969 y el joven jugador que llegó del Badajoz una década atrás no pasaba por su mejor momento. Atrás habían quedado las primeras temporadas en el Atleti, con las dos Copas del Generalísimo ganadas en el Santiago Bernabéu al Real Madrid y la conquista de la Recopa, al vencer a la Fiorentina en un partido de desempate jugado en Stuttgart el 5 de septiembre de1962. También había quedado atrás la Copa ganada al Zaragoza en 1965 y el título de Liga obtenido en Sarriá el 3 de abril de 1966, ganando los siete últimos partidos.

Desde finales de 1967 Adelardo no era el mismo. Las lesiones y unas fiebres tifoideas, que requirieron hospitalización, no le habían permitido tener continuidad en el equipo. Pero sobre todo fue la muerte de su padre la que le  había llevado a un estado de ánimo bajo mínimos. La situación llegó a tal punto que en el Club se habló de su posible retirada cuando aún no había cumplido los treinta años.

En el verano de 1969 llegó al banquillo del Manzanares Marcel Domingo y la situación cambió radicalmente. El entrenador francés construirá un equipo que marcará una época gloriosa de la historia del Atlético. 



Marcel Domingo, con pocas incorporaciones, todas ellas de perfil bajo, como Alberto, Salcedo, Ovejero, Orozco, etc., y con la recuperación de varios veteranos, fabrica un nuevo Atleti que se despliega de tal manera  al contraataque que creará escuela.

Domingo coloca a Melo de lateral derecho y para la posición de mediocentro defensivo y motor del equipo se decanta por Adelardo.  En su nueva posición en el centro del campo, hasta la fecha había jugado como interior, Adelardo vivirá los mejores años de su carrera deportiva, llevando al Atleti, en compañía de otros grandes jugadores, a saborear las mieles del triunfo. Dos Ligas 1969/1970 y 1972/1973, dos Copas del Generalísimo 1972 y 1976 y una Copa Intercontinental llegan a las vitrinas de la calle Barquillo.


Capítulo aparte merece la Copa de Europa de la temporada 1973/1974 y la final jugada en Bruselas el 15 de mayo de 1974. El Atlético se presenta en la final después de derrotar al Celtic F.C. en una eliminatoria que ha pasado a la historia, por diversas circunstancias pero principalmente porque, tras expulsar el árbitro a Panadero Díaz, a Ayala y a Quique, 8 hombres, 8 jabatos, aguantaron un asedio en el Celtic Park, durante casi 30 minutos. Y todo gracias a un impresentable llamado Babacan. En el partido de vuelta dos goles de Gárate y del propio Adelardo pusieron las cosas en su sitio.

El Atleti estaba en la final de la Copa de Europa, y un gol de Luis, de falta directa, en el minuto 114 puso la gloria al alcance de la mano. Pero las cosas en el Atleti nunca han sido fáciles y el destino le volvió a jugar una broma macabra. En el minuto 119 el jugador muniqués de nombre impronunciable marcaba desde media distancia y ponía punto y final al sueño de una afición.

Adelardo se había encargado del marcaje de  Uli Hoeness durante todo el partido y poco antes del mazazo final, viendo al delantero alemán a punto de llorar y dando el partido por perdido, se dirigió a Lorenzo y le comentó:

-Está casi en un corner, lo dejo y me vuelvo a mi posición.
Lorenzo le respondió:
-Sigue con él.

El saque de banda previo al avance y disparo de Schwarzenbeck tuvo lugar con Adelardo fuera de su posición de medio centro. Que hubiera pasado si Adelardo no hubiera hecho caso a Lorenzo? Nunca lo sabremos. Lo que sí sabemos es que Adelardo siempre lo dejó todo en el campo y que decir Adelardo es decir Atlético de Madrid.




Damián E. Muñoz Flores
Socio @BenditalocurAt

domingo, 4 de noviembre de 2018

Yo subí al Cielo una vez.

Por Luis Iglesias

El pasado fin de semana, entre el viernes 27 y el sábado 28 de octubre de 2018, pude tocar el cielo, o eso creo yo. 

Todo transcurrió natural, sin ambages y fue como una sinfonía in crescendo, desde su inicio en las horas previas al partido entre nuestro Atleti y la Real Sociedad, en el Parking Party, donde pude saborear los combinados y delicatessen, que esos magos de la fraternidad tan desinteresadamente ofrecían. Con ese maestro de los medios audiovisuales, el gran “ChemaChupi Chachi Guay”, que conseguía hacernos sentir bien a todos con su generosidad y con su desbordante y alegre personalidad (basta con ver su entrevista de Gol TV), de modo que el clima frío, muy frío según los entendidos, se iba calentando según se acercaba la hora del partido. 



Luego el partido, acompañado de amigos, en ese marco incomparable con miles de luces, y millares de voces coreando a los nuestros. Noto que mi corazón, acostumbrado a latir aceleradamente, de pronto va y le llega la calma chicha, apenas palpitaba, el dominio y buen juego de los nuestros lo calmaban, de modo que disfrutaba a tope del glorioso, ese equipo rayado donde los delanteros defienden y los defensas golean, ese grupo compacto homogéneo “todos a una”, que ha forjado el Cholo.



La felicidad de la primera jornada era preludio de que en la siguiente llegaría al éxtasis. Con una sonrisa en los labios veía con idéntica mueca a mis hermanos socios de esa Bendita Locura, hoy teníamos que celebrar a lo grande nuestro segundo año como Peña Atlética. De modo asambleario nos reunimos en el templo más sagrado, en el Wanda Metropolitano, en la sala de prensa, el gozo como señalé al principio iba aumentando, "vaya pedazo de sala", y tras oír a los máximos responsables, que con total acierto llevan el devenir de la Peña, se rinde un hermoso recuerdo, con un emotivo audiovisual a todos los que nos dejaron y se culmina el acto con un homenaje a nuestros ilustres jugadores, Adelardo Rodríguez, Jose Eulogio Gárate, Luiz Edmundo Pereira, y Jesús Martínez Jayo


Parecía imposible que el día pudiera dar más de sí, pero me quedo corto si solo digo que fue algo increíble. Llegó esa comida de hermandad en el templo Atlético, viendo el mejor estadio del mundo y compartiendo mantel con la mejor compañía posible, con los jugadores homenajeados y otros, con Rodri, Iselín Santos Ovejero, Jorge Mendoza, y los ya nuestros Marcelino Pérez y Julio Orozco, con Luis Aragonés hijo y con la familia de Arteche. Reconocimientos y agradecimientos aparte, fue un cúmulo de sensaciones celestiales o al menos a mi me lo parecieron, estábamos en el templo más sagrado con todos nuestros queridos ídolos y muy, muy cerquita del cielo. 

¡Aúpa Atleti y viva la Peña Bendita Locura!

Luis Iglesias Asuar 
Socio del Atleti y de @BenditalocuraAt

viernes, 2 de noviembre de 2018

Video de la campaña #BenditaLocuraVerano (HD)


Este es el video resumen de la campaña de verano #BenditaLocuraVerano18, cuyos premios se entregaron el pasado domingo en nuestro evento anual.


¡Muchas gracias a todos los que nos enviasteis fotos o vídeos!