domingo, 9 de junio de 2019

Sobre Vieri



En el mundo del deporte lo más complicado no es sólo alcanzar la cima. Una vez logrado, poder mantenerse en ella incrementa la dificultad.

El Atleti no iba a ser ajeno a ello, tras tocar el cielo en la temporada del Doblete nuestro reinado nacional se desmoronó como un castillo de naipes apenas transcurrida una temporada.

Los motivos de tal debacle los comenté en los capítulos finales de mi libro Anuario de un Doblete, que pueden resumirse en el bajón que pegaron los jugadores franquicia, pero sobre todo en los refuerzos low cost de la plantilla en la primera temporada de ejecución de la Ley Bosman, campeonato en el que los grandes tiraron la casa por la ventana en cuanto a fichajes.

Por motivo de una temporada decepcionante para la 97/98 no nos vamos a andar con medias tintas en las contrataciones. Decir que la 96/97 fue de valoración negativa en el saldo final, porque en juego con una pizca de suerte se habría llegado lejos en Champions, más una Copa del Rey que nos hubiera quedado literalmente "a huevo" de no haber tirado por el retrete una ventaja suculenta ante al Barça, el día de los 4 goles de Pantic.

En la nueva campaña el equipo afloja la cartera como nunca en sus casi 100 años de historia. Nada menos que 7.000 millones de las antiguas pesetas se destinan a la contratación de tres jugadores. Con las cantidades mareantes para los fichajes que se manejan en la actualidad esa cifra tal vez no parezca un cuantioso desembolso, pero para situar al lector decir que en la temporada precedente el fichaje de Ronaldo Nazario, por un montante total de dos mil y pico millones, fue la cifra récord.

El primero de esta tripleta de fichajes es Jordi Lardín, jugador que terminaría saliendo por la puerta de atrás. Una tremenda decepción ya que por condiciones lo tenía todo para triunfar como hombre de ataque: velocidad y gran disparo. Un gravísimo accidente de tráfico, lesiones y una vida poco ordenada le impidieron tener la continuidad necesaria para triunfar.

El segundo fichaje de relumbrón es Osvaldo Giroldo Junior, conocido futbolísticamente como Juninho, más tarde como Juninho Paulista, para así diferenciarlo de Juninho Pernambucano. Este menudo centrocampista conquistó el corazón de los atléticos, un verdadero jugón con un centro de gravedad bajo que lo convertía en imparable cuando ejecutaba una acción vertical de corto-medio recorrido.

Imparable hasta que una entrada de juzgado de guardia del por entonces céltico Míchel Salgado truncó su carrera. Literalmente le partió la pierna, dejándolo varios meses en el dique seco. No terminaron ahí los problemas para Junho, al producirse tal patada criminal en las postrimerías del campeonato liguero vio peligrar su participación mundialista con Brasil... y las prisas nunca son buenas consejeras, más cuando tienes que empezar de cero una reconstrucción de tu "herramienta de trabajo".



La última de nuestras incorporaciones estelares de esa temporada 97/98 es el jugador sobre el que vamos a hablar detenidamente: el transalpino Christian Vieri.

El italiano viene con la vitola de haber sido el delantero referente de la Juventus, pero su llegada genera dudas por haber alcanzado una cifra goleadora final poco mareante. Ni llega a la decena en el campeonato doméstico. Bien es cierto que con la cuenta de la vieja 10 goles en el Calcio por entonces equivalían a 15-20 goles en nuestra Liga, pero en cualquier caso no parece una garantía segura.

Su inicio no puede ser más calamitoso, ese año tenemos un debut liguero a todo trapo, nada menos que en el Bernabéu. El resultado es magnífico, arrancamos un valioso punto en el campo de nuestro eterno rival, que de no haber sido por un despiste de Molina ante un tiro lejanísimo de Seedorf nos habríamos ido de Concha Espina cortando cabelleras.

Pero el partido de Vieri ha sido malo tirando a lamentable: lento, torpe, poco participativo... inoperante. Tal ha sido de bochornosa su actuación que el Programa el Día Después, en su sección Los Pufos de La Liga, no vacila en incorporar a nuestro nuevo ariete.

En Liga no ve puerta hasta la jornada 4ª, de por medias había transformado un Penalti en Copa de la UEFA ante el Leicester. Pero es a partir de este cuarto asalto del campeonato doméstico cuando Christian resurge cual Ave Fénix. Si bien sus números incitan a pensar que la regularidad fue su virtud: 24 goles en 24 partidos, nada más lejos de la realidad.



Vieri es un romántico, ya veremos más adelante el daño que nos produjo su romanticismo; se mueve por impulsos, para él no hay escala de grises, sólo existe el blanco y el negro, es decir, o pasa desapercibido o lo peta más que aparecer con el Coche Fantástico en la zona de botellón.

Inicia una racha absolutamente bestial, le entra todo, parece imposible que se marche de un partido sin anotar, su pólvora no se mojaría ni aunque emigrase a Seattle. Con esas llegamos al 18 de octubre. Estamos a punto de llegar al momento más icónico de nuestro delantero en su breve instancia en el club. Pero vamos a detenernos antes en el partido liguero que disputamos previamente en la Romareda.

El encuentro fue televisado por las autonómicas, una gozada de noticia ya que por entonces el Pay per View era caótico, sin garantía alguna de saber si podías ver al equipo de tus amores. Formamos con nuestro casi equipo de gala: Molina; Prodan, Santi, Andrei, López;  Vizcaíno, Caminero, Juninho, Lardín; Kiko y Vieri.

El Atleti fue una verdadera apisonadora, una manita que le endosamos a los maños, en lo que fue nuestro mejor partido de la temporada. En palabras de Antic motivado porque fue realmente el único encuentro del año en el que contamos con todas nuestras figuras con el motor perfectamente rodado. Esa temporada nos asolaron las lesiones y por ello tuvimos que estar sufriendo hasta los estertores del campeonato para asegurar la clasificación UEFA.

Tres de los cinco goles fueron obra de nuestro 9. Totalmente on fire, no integrado a nuestros hábitos porque nunca llegó a hacerlo, pero con silbidos se comunicaba con Kiko y con ello le bastaba para ser asistido y fusilar las mallas rivales. Un Vieri apodado en su país como "Bobo" pero que de bobo no tenía un pelo.

El viaje de regreso a Madrid es plancentero por el gustirrinín de los tres puntos y los cinco lobitos que les hemos cantado a los maños. Ahora toca preparar el siguiente round que es en Copa de la UEFA ante el conjunto heleno PAOK de Salónica.

Al ser la ida hay que llevarse un buen resultado para la vuelta ya que las visitas a Grecia siempre son un verdadero dolor de cabeza, sino que se lo digan a nuestro mítico Cachadiñas ante Olympiacos, o el bochornoso robo vivido ante el OFI de Creta.

La eliminatoria parece haberse finiquitado de salida porque en el minuto 12 nos ponemos con dos goles de ventaja, uno de ellos obra de Vieri. Por desgracia Frantzeskos tiene un verdadero guante y nos clava un gol de falta, pese a que Antic, siempre estudioso del rival, ordena colocar a jugadores bajo palos. Pero Christian está imparable, logra su segunda diana y con ello nos vamos 3-1 al descanso.

En el minuto 53 del segundo tiempo va a acontecer su obra maestra. En el área del Fondo Norte le llega un balón de Geli demasiado largo ante el que su guardameta Michopoulos ejecuta una salida en falso. La portería rival está totalmente desguarnecida, pero por desgracia el ángulo de disparo que le ha quedado a nuestro punta no es que sea reducido: es que es NULO.

Sí, el esférico ha quedado situado sobre la línea de cal, a unos 18 metros del primer palo. En el directo parece que la ocasión de peligro se ha ido al garete, porque el italiano no es un jugador hábil ni explosivo, de modo que o bien perderá el cuero o bien tendrá que apoyarse en otro compañero.

Pero tal es su estado de gracia y confianza en su disparo que nos sorprende a todos con un remate a puerta. La dificultad es máxima, si ya hay que ser un virtuoso del golpeo para lograr un gol olímpico, con la pelota situada en la misma línea de fondo del saque de esquina, pero más próxima a portería, el remate requiere de una parábola más pronunciada.

El balón termina besando la red rival, la Caldera enloquece por completo, como si hubiesen visto una jugada de Oliver y Benji. El partido es retransmitido por Antena 3, con el Señor del fútbol José Eulogio Gárate en los comentarios técnicos. Gárate define el gol como "una fantasía", para qué seguir comentando... ¡Cierren el chiringuito!

En mi humilde opinión el gol tuvo su parte de fortuna, seguramente de intentarlo cinco veces seguidas habría fracasado unas cuantas. Siempre he sido de los de poner los pies en el suelo para ponderar goles en los que el factor suerte es clave, como los típicos trallazos que terminan en la escuadra, son golazos, claro está, pero nunca los voy a valorar igual que aquellos en los que un jugador se va de medio equipo rival.

Sin embargo el gol de nuestro protagonista lo considero una genialidad no tanto por la ejecución en sí, sino por su osadía y plena confianza en su disparo en las escasas milésimas de segundo que tuvo para procesar la ejecución de la jugada.

El partido finalmente se terminó ganando 5-2, eliminatoria casi finiquitada, pero el tanto de nuestro goleador ha sido tan espectacular que se hace totalmente viral. Sí, abre todos los noticiarios deportivos y lo que es más heavy, en los entrenamientos de todos los equipos de Primera los jugadores tratan de emular el tanto patentado y registrado oficialmente sobre la cal del Calderón. 

Desgraciadamente las lesiones empiezan a ser una plaga, Vieri no es ajeno a ellas y la cabeza liguera se va escapando cada vez más. En Copa incomprensiblemente nos tumbó el Zaragoza y en UEFA llegamos a Semis, en unas eliminatorias que ya comentaré en otro artículo por ser el último legado rojiblanco de Caminero, anotando nada menos que en 3 de los 4 partidos de las 2 últimas rondas en las que salimos victoriosos.

Llegan rumores de que Vieri no lleva una vida monacal, decir que en la Nochevieja de esa temporada me lo encontré en la Discoteca Joy Eslava, al igual que a otros famosos como La Veneno, si bien para nada iba haciendo eses y en sus manos no portaba ningún recipiente.

Su mojo con el gol ha terminado, todo auspiciado por su poca continuidad sobre el césped. Pero en el mes de marzo vuelve a sentirse futbolista y sobre todo goleador.  Arranca un mes en el que anota partido sí partido también hasta que tenemos que viajar al Helmántico.



El hombre no suele tropezar 2 veces en la misma piedra, pero como el Atleti no tiene nada de racional volvemos a palmar un partido en el que uno de nuestros jugadores ha conseguido perforar la portería rival hasta en cuatro ocasiones. Eso es, el Salamanca nos derrota 5-4, pese a los cuatro tantos Vieri. La dependencia fue tal que uno de los goles fue de penalti, cometido sobre su propia persona, ni se discute quién lo lanza y al anotar el que era su tercer tanto ni lo celebró y raudo fue a depositar la pelota en el centro del campo, porque tocaba remar.

Ese año el Atleti fue un verdadero colador en defensa, pero por contra fue el equipo máximo goleador del campeonato. Como curiosidad, tras vencer sudando la gota gorda ante el Racing en la última jornada, nuestro ya ex técnico Antic preguntaba al día siguiente en antena por el resultado del Barcelona. Nos quedamos pillados ya que era un partido en el que no había nada en juego, con un Barça que cantó el alirón jornadas atrás. Todo era por asegurarse que no nos superase como conjunto con más dianas logradas.

Christian saldó el año con unos números contundentes, 24 goles en 24 partidos ligueros. Sumado a sus 5 goles Mundialistas (con una Italia eliminada en cuartos que de haber llegado más lejos le habría dado la Bota de Oro) dejaba a Vieri como el delantero más goloso del mercado.

En ese momento a Gil le ponen sobre la mesa ofertas mareantes, pero la respuesta a todas ellas es un contundente no. Además, el nuevo técnico, el trigo inflado no azucarado Sacchi, ha dejado claro que no Vieri no Party, si queréis que venga jugar en Europa y con el italiano como eje central de mi proyecto, con el que voy a ser de nuevo el entrenador más guay. He dicho, porque sé más que nadie: in nomine patris... que además el jodío se daba un aire a Juan Pablo II.

Por desgracia Vieri a dos días del inicio oficial de la temporada nos vino con que se había enamorado de una italiana, por tanto se tenía que ir a vivir a su país y abandonar nuestra disciplina.

La marranada fue absoluta, sin tiempo para fichar un 9 de garantías estuvimos todo el año pagando ese peaje. Bueno, también el de tener a un técnico que su sistema táctico era más difícil de entender que las letras de Héroes del Silencio. Vieri se quedó en su país, el equipo sufrió para salvar la categoría y a Sacchi se le dio la patada, con su calvorota cavilando que no fue culpa suya sino de unos jugadores que no asimilaron su fútbol total. Vendida de humo ya que lo que fue total fue el sopor, con un mes de diciembre en el que de los cuatro partidos tres se empataron a cero... aaag.



El Atleti pasó del juego vistoso, y por momentos efectivo, de Antic, al juego poco productivo de Sacchi. Pero sobre todo convirtiendo al Atlético de Madrid en un equipo que aburría a las ovejas, si hubieran derribado las porterías como en el Bernabéu ni habría hecho falta ponerlas, eso sí, el rigor táctico era absoluto, con su séquito de jugadores pufo pululando sobre el campo: Hola Torrisi. Mientras Caminero, que según él no tenía sitio en su equipo total, tuvo que retornar a Pucela para brillar de nuevo como central.

La espantada del delantero os podéis imaginar cómo sentó en nuestra siempre leal pero exigente parroquia. Los cánticos de "Christian Vieri capocanniere" no tardaron en transformarse en un "Christian Vieri vaffanculo".

Sin embargo, con el paso de los años, como la retina tiende a quedarse con los buenos momentos, su veletismo ha quedado olvidado y siempre se le va a recordar como el autor de ese gol definido por Gárate como fantasía.

Hasta la próxima.

Miguel Gonzalez
@gzlz11